MI EXPERIENCIA CON LAS CONSTELACIONES

En el año 2010, una amiga-hermana me invitó a una constelación familiar. Recuerdo esa primera experiencia por varios motivos. Primero, porque tenía las medias un poco deterioradas y había que sacarse las zapatillas. Me dio vergüenza. Les que me conocen saben que me gusta verme lindo cuando me visto.
También la recuerdo por lo reveladora y provocadora que fue: conectar con otras personas, no solo con las que estaban ahí, y que esa conexión trajera mayor conocimiento sobre mí mismo. Wow!.
Luego de esta experiencia, comencé a participar de distintos talleres. Hasta que decidí comenzar la formación. En ese momento, no me animaba la idea de facilitar constelaciones. Estaba atravesando un proceso personal y familiar muy intenso y transformador.
Todo el proceso pedagógico provocó una gran apertura en mi corazón. Para poder abrirme, conecté con diversas partes mías que había estado excluyendo, silenciando. O asuntos de los cuales creía que no tenía responsabilidad y sin embargo me tenían enredados.
Hoy, facilito constelaciones individuales. Disfruto mucho de este servicio. A través de él no solo comparto una cosmovisión y un método, sino también la sabiduría que voy cultivando cada vez que me miro y miro a les otrxs con buenos ojos, sin juicio.
Ya no me dan vergüenza las medias rotas. Comprendí que eso es parte de mi propósito: integrar, de manera inesperada, aquello que necesita ser reconocido, así como está. Y hacerlo creativamente, honrando el misterio que habita en cada unx.
Gracias por estar ahí, resonando con esta experiencia.
Te espero, para seguir expandiendo juntxs el corazón.
Gastón.